domingo, 26 de marzo de 2017

OJALÁ, UN NUEVO PAIS -GUINEA ECUATORIAL- QUE NAZCA AL FINAL DE 2017


Por Severo-Matías MOTO NSA (“NKUÁ ELON”), Presidente del Gobierno en el Exilio del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.

Todavía quedan, casi, diez meses para que se apaguen las tibias luces del viejo año 2017; aún tenemos que andar nueve largos meses, para que cerremos las viejas compuertas raídas de los 50 años de nuestra independencia, para que, vestidos de nuevas túnicas talares de libertad, democracia y desarrollo, encendamos los brillantes faroles del nuevo año y del nuevo cincuentenario de nuestra independencia en LIBERTAD.
En nueve meses, es tan fácil preparar ese encendido de nuevos faroles para iluminar el nuevo año y el nuevo cincuentenario, para la LIBERTAD y el DESARROLLO de Guinea Ecuatorial, como fácil fue caer en el abismo de una independencia, en nueva ESCLAVITUD y RETRASO.

Si la buena VOLUNTAD y la LEY, fueron capaces de llevarnos hasta los finales de la COLONIA; si la buena voluntad y la ley nos condujeron por los florecientes caminos de las PROVINCIAS; si la buena voluntad y la Ley nos encumbraron a la envidiada y hoy añorada AUTONOMÍA; La gran falta y vacío de buena voluntad y la larga ausencia de LEY, han conducido a nuestro país al actual desastre nacional, donde, en 50 años, han brotado, como en tierra feraz, todo hierbajo de maldad que, por otra parte, era de esperar, en un terreno yermo (desierto) de buena voluntad y vacío de Ley.
1.- LA VIOLENCIA, instrumento connatural al ser humano; solo refrenada y suavizada con la enseñanza, la formación, la preparación, la educación y la capacitación de los seres humanos. El ser humano que no haya pasado y haya sido afectado por esa criba de formación (sea por falta de oportunidad, sea por negligencia y pereza, sea incluso por imposición –como ha sucedido en los 50 años de independencia de Guinea Ecuatorial- usa la violencia como única tabla de salvación en la vida. Cuando la violencia (fruto de la ausencia de otros medios humanos y de formación, se instala en el Poder, en el Gobierno, en el País, durante 50 años, tenemos por ejemplo de Guinea Ecuatorial, en manos de Macías y de Obiang Nguema.
a) La violencia como legítima autodefensa y medio de supervivencia, conduce necesariamente a actuar a ciegas; sin razonamiento, sin análisis de las consecuencias. Solo confiado en la fuerza bruta que te ha dado la naturaleza. En esa violencia se basan quienes en Guinea Ecuatorial fundan y lideran partidos políticos, solo por la sola razón de la violencia: ¡¡¡YO TAMBIEN SOY UN MACHO como los demás!!!”
A esa violencia se asocian, automáticamente frases que tanto se oyen en estos 50 años de independencia en Guinea Ecuatorial dichas por autoridades: ¿TÚ QUE TE CREES; QUE ERES MÁS QUE TODOS? O esa otra que tanto se oyó en el frustrado intento de normalización política y democrática (1992-1996) en el seno de la P.O.C. y que nos llegaban precisamente de España…: “¡¡¡ES QUE SE CREE EL LIDER MÁS CARISMÁTICO!!!”. Frases lapidarias lanzadas precisamente contra quienes se mostraban más solidarios y generosos, políticamente con las demás formaciones. (En una cobarde aplicación del refrán “El perro del hortelano” Ni come porque está atado e imposibilitado; ni deja comer, por que aplica la violencia mezclada con la ENVIDIA…
Una nueva generación de guineo ecuatorianos debe nacer; no, de ningún vientre humano nuevo, sino de la conciencia de la sociedad actual. No es un problema de VIEJOS, aferrados al miedo y ejercicio de la VIOLENCIA, ni de los JÓVENES contagiados por la violencia que practica y aconseja el poder de Obiang Nguema y sus apoyos; sino de viejos, escarmentados y conscientes de que hay que poner fin a la VIOLENCIA, y jóvenes que la deben considerar nefasta para la construcción de una sociedad de futuro. Hay que entrar y comenzar los nuevos 50 años de independencia de nuestro país, con ánimo y corazón serenos; para construir la nueva República. Para lo cual no hay que tener vergüenza ni miedo ni arrepentimiento en llenar nuestros pulmones de aire revolucionario para seguir gritando, cada vez más fuerte: “¡¡¡OBIANG, VETE YA!!!”