miércoles, 8 de marzo de 2017

¿CÓMO PUDO UNA DICTADURA MILITAR (EUROPEA) DAR A LUZ A UNA DEMOCRACIA (EN ÁFRICA)?


Por Severo-Matías MOTO NSA, Presidente del Gobierno en el Exilio del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.

Acabo de leer los 6 artículos que, a modo de sedantes compromisos de certera historia, nos ha ofrecido Don Juan José LABORDA, a través de las fecundas páginas, llenas de sapiencia, de "El Imparcial"; periódico del Maestro Don Luis María ANSÓN OLIART.

Al dar a luz al Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, envuelto en los inquietos pañales del exilio, en España, no dudé ningún instante en gritar a los cuatro vientos (en las páginas de la prensa española) que "Guinea Ecuatorial debiera ser Co-gobernada por los guineanos y españoles"

15 años después (1968-1983)  había quedado claro y palpable que la independencia de Guinea Ecuatorial, en manos de Macías Nguema y de Obiang Nguema era un irreparable fiasco. Un craso error.


Mi grito, proponiendo la "co-gobernación" de Guinea Ecuatorial, fue recibido, primero, por un  profundo y sonoro silencio que tímidamente se fue transformando en un engreído "abucheo" y latigazos de invitando a la "autenticidad africana" y al "panafricanismo". Prevaleció, en todo caso, el silencio mudo.

10 años después de la Fundación, en España, del Partido del Progreso (1992) regresé, por segunda vez, desde el exilio, a Guinea Ecuatorial, en busca de la legalización de nuestro pacífico instrumento de lucha política, sin armas, contra la dictadura. Y, he aquí la agradable sorpresa de encontrarme en Guinea Ecuatorial con un población de abrumadora mayoría guineana que al afiliarse al PP, me susurraba al oído: "Me afilio a este partido, porque dijiste que España volverá a ser nuestro compañero de camino" Y mas de uno añadía: "Porque no podéis gobernar esto, sólo vosotros!"

A unos meses de cumplirse los 50 años de la independencia de Guinea Ecuatorial, la intrahistoria del país, en manos de Macías Nguema y de Obiang Nguema nos conduce a una conclusión tan real como deprimente: Dos presidentes negros, en 50 de independencia, han conducido a Guinea  Ecuatorial a ser un paradigma del conocido como "Estado fallido".

No es nada baladí ni fuera de contexto que un prestigioso historiador español; ex Presidente del Senado Español, Consejero de Estado Español, Don Juan José Laborda, quien se haya lanzado a dar respuesta a una pregunta recurrente en todos los rincones, entornos gubernamentales e instituciones internacionales: Ante la situación de "estado fallido" en la que ha ido a parar la "independencia" de Guinea Ecuatorial: ?QUÉ  DICE  ESPAÑA?

"Después de la dictadura de Teodoro  Obiang, España tendrá la oportunidad, y la obligación histórica, de ayudar a Guinea Ecuatorial a encontrar su destino en libertad"

Después de leer esta recomendación-obligación, siento como si, por fortuna, por fin, mi petición y la pregunta del mundo, tienen respuesta cualificada.

Si, la pregunta asombrosa es: ¿Cómo pudo una dictadura crear en Guinea Ecuatorial una República democrática –aunque fuera a título de ensayo y de buena intención- más asombroso es que una país, ya, democrático conviva- en íntima comodidad y disfrute- con una dictadura tan cruel, durante 50 años.
La respuesta de Don Juan José Laborda no deja lugar a dudas:
1.- “Después de la dictadura de Teodoro Obiang” significa, como lo indicara, en su día Don Felipe  González, a su regreso de Guinea Ecuatorial (1991): “Guinea Ecuatorial necesita deshacerse del dictador y desmantelar la Infraestructura creada por la dictadura”.
2.- “España tendrá la oportunidad y la obligación histórica de ayudar a Guinea Ecuatorial a encontrar su destino en libertad” Si es cierto, como se ha demostrado en cincuenta años y como lo aseguraban, ya, conspicuos observadores y mayores guineos; solos no pueden gobernarse los guineanos…, partiendo precisamente  del clima de ruptura, disensión y enfrentamiento generalizado que han inyectado Macías Nguema y Obiang Nguema en la sociedad guineana. Solos… casi como que imposible.

Cualquier solución digna de considerarse como tal; muy al margen de que España ayude -que también- pasa por que la LEY se abra un decisivo paso en la sociedad guineana, llegue y se quede. Si hay que esperar a que se vaya Obiang Nguema (cabeza de visible de la infraestructura dictatorial que vacía de sentido el estado y la sociedad guineana, hoy, especialmente) la espera debe ser la más corta posible.

Aquí llega la VIA INSTITUCIONAL que, encapsulada en una “LEY DE TRANSICIÓN”, ha comenzado a llamar, (¡en pacífico aldabonazos!) a las puertas de las Instituciones españolas.